
Si sufre de presión arterial alta o de insuficiencia cardiaca, con mucha más razón debe limitar la cantidad de sodio en sus comidas, por el bien de su corazón.
Los problemas en el hígado y en los riñones podrían evitarse si usted mide mejor el uso de la sal a la hora de preparar sus alimentos.
En todo caso, lo mejor es sustituirla por hierbas, especies y otros sazonadores bajos o libres de sal.
Busque opciones como el laurel, perejil, romero, tomillo, jengibre, jugo de tomate, limón o vinagre.
¡Usted se sorprenderá de lo bien que saben los alimentos sazonados sin usar una pizca de sal!
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